La segunda vez que entramos a Bolivia fue a finales de agosto de 2022. Esta vez por el paso La Quiaca-Villazón, en la provincia de Jujuy. Es una frontera bastante conflictiva en cuanto a los paros que suelen cortar por varios días el tránsito entre ambos países. Es una lotería y no hay como preverlo. Cuando nos dirigíamos hacia La Quiaca, varios viajeros nos avisaron de que hacía días un camión boliviano se había cruzado en el puente, en señal de protesta por anda a saber que cosa, y no permitía el paso de vehículos. Así que aplicamos nuestro mantra en estos casos: que fluya…y decidimos proseguir rumbo. Cual fue nuestra sorpresa al llegar, cuando vimos que el puente estaba liberado y podíamos pasar!. Los trámites migratorios y aduaneros los hicimos super rápido y sin ningún problema. Nos dieron 90 días (cosa rara, ya que en general te dan 30 días prorrogables a 90 en alguna oficina de Migraciones del país). En aduana argentina pedimos completar el formulario de salida por 360 días, en general te dan uno por 180 días y te dicen que antes de que se cumplan mandes un email a esa oficina pidiendo 180 días más. Pero eso te lo ahorras completando directamente este otro formulario.
Una vez en Villazón, cambiamos pesos argentinos a pesos bolivianos en una de las tantas oficinas de cambio que hay en la calle principal (dato importante: no hay oficina de cambio en La Quiaca, solo en Villazón). ¡Y nos fuimos rumbo a Tupiza!
Cómo llegar – Dónde Dormimos con el Camper
Tupiza se encuentra a 90 km de Villazón, y se llega por la carretera 14, toda pavimentada. Es un pueblo grande pero muy tranquilo y seguro (como todos los pueblos y ciudades que conocimos en Bolivia). Dormimos al lado del río, ni bien cruzas el puente, a la derecha. Nos sorprendió la cantidad de gente que iba a lavar ropa al río y a las acequias de la zona y la dejaban tendida ahí. Esto lo vimos en varios lugares más del altiplano, asumimos que muchos hogares no cuentan con agua corriente.
El pueblo de Tupiza se recorre rápidamente. De la plaza principal, donde destaca la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, se puede llegar caminando en menos de 10 minutos al Mirador del Corazón de Jesús, desde donde se obtienen unas muy lindas vistas del pueblo y las montañas circundantes.
Trekking en los alrededores de Tupiza
Pero sin duda, lo que más nos gustó fue un trekking que se realiza a las afueras del pueblo: La Puerta del Diablo. Se puede llegar a pie, en vehículo o en los caballos que te ofrecen los pobladores. Lo único malo es que debes pasar por el basural del pueblo y no es muy agradable… Nosotros fuimos con el vehículo y lo dejamos estacionado a la entrada del cartel de inicio del recorrido.
Después vimos que se podía seguir 1 km más y llegar al estacionamiento “oficial”.
La caminata es libre sin costo y dura unas dos horas (ida y vuelta).
Lo primero con lo que te topas son dos paredones rojizos enormes que parecieran surgir de la nada, esa es La Puerta del Diablo.
A partir de ahí, el camino transcurre por el cauce de un cañadón alucinante, plagado de geoformas muy llamativas (hay unas llamadas “los machos”, haciendo honor a la forma, jeje).
Al cabo de unos 3 km, se llega al fondo del cañadón donde hay un cartel que dice “Cañón del Inca” y se regresa por el mismo sendero. A nosotros nos encantó, no solo por los paisajes increíbles, sino por la paz y el silencio que se sienten en ese lugar. En total estuvimos 2 días en Tupiza y consideramos que merece la pena hacer un alto en el camino para conocerlo.
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