Tabla de Contenidos
Cómo Llegar
Desde Deán Funes, tomamos la Ruta Nacional 60 hacia el norte, un camino pavimentado que ofrece vistas de las sierras cordobesas. A medida que avanzamos el paisaje se vuelve cada vez más seco, como preparándonos para lo que viene.
Después de recorrer unos 55 kilómetros, nos desviamos hacia la Ruta Provincial 17 para llegar el pueblo San José de Salinas. Desde allí un camino de ripio de 10 kms nos lleva directamente al salar.
Pueblos Cercanos
A solo 10 kilómetros de la entrada al salar, encontramos el pequeño pueblo de San José de las Salinas. Este lugar, con una comunidad que vive en armonía con el desierto, es un buen punto de referencia para los que se aventuran hacia el salar. Aquí podemos hacer una última parada, recargar agua potable en una de sus plazas y asegurarnos de tener todo lo necesario antes de partir a la inmensidad blanca que nos espera.
También podemos pasar por Quilino, que queda a unos 40 kilómetros al suroeste del salar. Este pueblo es conocido por sus quesos y cabritos.
A solo 10 kilómetros de la entrada al salar, encontramos el pequeño pueblo de San José de las Salinas. Este lugar, con una comunidad que vive en armonía con el desierto, es un buen punto de referencia para los que se aventuran hacia el salar. Aquí podemos hacer una última parada, recargar agua potable en una de sus plazas y asegurarnos de tener todo lo necesario antes de partir a la inmensidad blanca que nos espera.
También podemos pasar por Quilino, que queda a unos 40 kilómetros al suroeste del salar. Este pueblo es conocido por sus quesos y cabritos.
Sobre la geología del lugar
Salinas Grandes es una reserva de 200.000 hectáreas que se extiende por cuatro provincias: Córdoba, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero.
El origen de este gran salar se asocia también con la laguna de Mar Chiquita. Una falla geológica reactivada con dirección NE-SO que deja expuesto el lecho de un antiguo fondo marino, con la gran diferencia de que en las Salinas Grandes no existen suficientes aportes regulares de aguas como para crear un gran lago salado o un mar interior. Ocurre lo opuesto, el área es de un clima continental muy extremo y seco, en el cual las lagunas formadas por las escasas aguas esporádicas, torrenciales y freáticas, al evaporarse van precipitando las sales, principalmente cloruro de sodio (sal común). (Fuente: www.lisal.com.ar/las-salinas/)
En ciertas zonas se forman médanos sobre los cuales crecen arbustos psamófilos como el jume asociado con cactus, en menor medida árboles como el algarrobo criollo, chañares y algunos ejemplares de quebrachos.
Un Poco de Historia
El Salar Grande no es solo un paisaje atípico, sino también un lugar lleno de historia. Desde antes de la llegada de los colonizadores, las comunidades indígenas de la región ya extraían sal. Con el tiempo, el salar se convirtió en un recurso clave para la economía local, y durante el siglo XX la extracción de sal se industrializó, dando trabajo a muchas familias de la zona. Sin embargo, con la competencia de otros salares y los cambios en la producción la actividad fue decayendo.
Situación Actual y Actividades
Hoy en día, el Salar Grande busca equilibrar su pasado industrial con su futuro turístico. Aunque la extracción de sal continúa, se hace a una escala mucho menor, con un enfoque más artesanal y respetuoso con el medio ambiente. Para los turistas este lugar ofrece una experiencia única, donde poder conectar con la naturaleza en su forma más pura.
Pasamos la noche con el camper en el estacionamiento. Uno de los sitios más tranquilos y silenciosos que hemos tenido en los últimos tiempos. Sólo a lo lejos, en las profundidades del salar, observamos luces de linternas de algunos grupos que acamparon allí.
Algo que no podemos perdernos es disfrutar de sus noches, ideales para realizar astroturismo. Al estar alejados de grandes ciudades, el cielo nocturno aquí es muy limpio. Imagínense estar parados en medio del salar, con el suelo blanco reflejando la luz de la Luna y la Vía Láctea extendiéndose sobre nosotros. Si bien no contamos con el equipo adecuado para observar los astros, pudimos identificar algunos planetas, estrellas y constelaciones. ¡Es una experiencia mágica que vale la pena vivir!
Eso sí, tenemos que ser cuidadosos: no debemos entrar con el vehículo más allá de los límites permitidos. Hay varios carteles que dan la advertencia. El suelo del salar puede ser engañoso y, en algunas áreas, es tan blando que los vehículos pueden quedar encajados. Nadie quiere quedarse atrapado en medio de la nada, así que mejor seguir las indicaciones y disfrutar del salar de manera segura.
En agosto de 2024 las Salinas Grandes siguen siendo un lugar donde el tiempo parece detenerse. Para quienes amamos la aventura y la naturaleza, este es un destino que no se puede dejar pasar. ¡Nos vemos en la inmensidad blanca y salada!